La curiosidad está en mi sangre.
Empezando con esa pequeña frase, debo dejar entender que muchas cosas de las que me entero, no es precisamente porque me interese saberlas. Blogger desde hace bastante que ha caído en desuso y, sin embargo, tiene aún tantos sitios activos. Otros muertos, pero que siguen en pie. Como zombies.
Por eso, de vez en cuando me agarran ataques de nostalgia, por ver las cosas que dejé atrás en algún momento, porque un día bastó para que, por ejemplo, dejara de abrir esta página, y así ya no actualizara más mi blog. Bastó un solo día para que no enviara un mensaje, o lo respondiera, y entonces los amigos y yo no habláramos más. Quise ver por un momento todo lo que dejé atrás, y me topé con el perfil de Marla, y el perfil de Sara. Marla no tiene mucho qué decir, de hecho, no es la primera vez que la busco bajo anonimato. Encontré su instagram, y me bastó para ver que, para mal, no ha cambiado en nada.
Sin embargo, encontrar el perfil de Blogger de Sara me trajo un mundo viejo de vuelta. Y empecé a ver, el blog de fanfics de Akuma, donde dejó de actualizar en el 2010. El blog de Gorillaz, que también dejó de dar noticias en 2012. Ahora Znakerz da las actualizaciones en Facebook, y lo sigo, visible pero sin que me note.
Encontré muchas cosas similares, sitios de los que no había oído antes como un blog sobre transplantes. Otro sobre brujas, lo cual es chistoso porque la que acabó siendo bruja fui yo. Blogs de cartas dedicadas a Sara, otros diarios personales que ya no queda más que el índice en su lista de lecturas. Incluso una vieja URL mía, donde subía poesías y pensamientos de forma más deprimente, y que borré hace años y todavía no puedo recuperar el dominio. Pero ¿quién diría que ese viaje de curiosidad y nostalgia me haría daño?
Vi entonces, indexado en su lista de lectura, el blog de él. No me apetece llamarlo por su nombre, desde que ocurrieron "cosas", me refiero a su persona como "el kks", a pesar de que una o dos personas en la vida real, solamente esa una o dos personas, conocen todo lo que me hizo. Entré al link entonces, tras reconocer el nombre que todavía, me parece, utiliza para identificarse en internet, con la poca esperanza de que su sitio ya estuviera caduco, y fuera solamente otra URL "callejón sin salida", que ya no redirigiera a ningún lugar. Pero sigue existiendo.
Vi entonces sus supuestos proyectos, el libro que supuestamente escribió para mí, para luego dedicarlo a la ex que al parecer jamás superó. Vi la foto de ella, en una entrada que le dedicó con palabras de ruego, cual paloma migajera que espera a que le lancen un trocito de pan, y luego seguir rondando por más. Vi la foto de una de "las otras", con las que, hasta donde él me contó para herirme, me puso el cuerno mientras vivíamos bajo el mismo techo.
Y luego, vi mi cara. Una carita redonda, aunque no tan gorda como ahora. Sin arrugas del tiempo, deberé de tener diecisiete años en la foto, mientras él ya tenía diecinueve. Mientras yo le creía cada palabra de amor que me decía, sin saber que fantaseaba porque yo me veía aún muy menor para mi edad. Bueno, quizá no me dolió por las razones que has de creer. No me dolió porque pudiera uno especular que quisiera volver, que lo extraño a pesar de ya ser más de diez años separados. No, me dolió porque ver su cara de nuevo, junto a la mía, me hizo regresar a los abusos, al dolor, a las mentiras. A decirme tonta porque lo permitía, sin saber que era víctima de su manipulación. Me trajo de vuelta la escena de mí llorando, arrodillada y pidiendo perdón porque le pedí que tuviera un detalle conmigo, mientras él estrenaba cosas nuevas cada tanto.
Me llevó al tiempo donde me seguía negando de que el abuso fuera una práctica usual suya conmigo, donde yo lloraba en las noches porque no me gustaban las cosas que hacía, donde, básicamente, si yo ya no era una niña físicamente, me mantendría como una mentalmente.
Me pregunto ahora, si está desaparecido porque finalmente se ha hecho justicia, aun si yo no he podido dar testimonio de nada. Espero que la chica que me llamó para decirme todo lo que hizo, la misma niña —literalmente era una niña cuando él la conoció— con la que me engañó, y que me llamó porque se preocupó por mi hija, esté bien. Que no haya cobrado él venganza contra ella por denunciar.
Me hice daño porque recordé el trauma que tengo, y que no puedo hacer más por aliviarlo que venir a contártelo, extraño o extraña de internet, esperando no tu comprensión o tu pena, solamente tu atención para que yo sienta que al menos, he podido dar un paso más, y admitir que lo que pasó, me pasó.
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